Parabenos, siliconas, SLS y todo lo demás. ¿Cómo dañan el cabello y cómo evitarlos?

Parabenos, siliconas, SLS y todo lo demás. ¿Cómo dañan el cabello y cómo evitarlos?

Desde hace décadas, en la producción de cosméticos se utilizan conservantes y agentes de recubrimiento. En champús y acondicionadores capilares se observaba una concentración significativamente elevada de estas sustancias. Hasta ahora, no se ha hablado mucho de los efectos adversos que producen. En la actualidad, la mayoría de las marcas de cosméticos renuncian a utilizar estas sustancias en sus productos e intentan sustituir todos los agentes peligrosos por sus equivalentes naturales. ¿Por qué los parabenos, las siliconas y otras sustancias controvertidas están desapareciendo lenta, pero gradual y sistemáticamente de los productos para el cuidado del cabello? ¿De verdad dañan el cabello y, si es así, cómo lo hacen?

Sustancias químicas nocivas en los cosméticos para el cabello

1. Parabenos

¿Qué son los parabenos?

Los parabenos son conservantes que se añaden a los cosméticos para preservar los atributos frescos y la calidad nutricional de los champús y acondicionadores. Los parabenos se utilizan con frecuencia en cosmética porque no influyen ni alteran la acción de determinados productos de belleza. Es decir, no afectan a la eficacia del producto. Además, los conservantes alcanzaron gran popularidad gracias a su poder para retrasar la multiplicación de los microorganismos que se acumulan en nuestra piel. Es más, las sustancias anteriormente mencionadas protegen los cosméticos de todos los microbios posibles.

¿Son perjudiciales los parabenos?

Conviene recordar que los parabenos no provocan reacciones alérgicas y son bien tolerados por la piel. Sin embargo, en grandes cantidades pueden ser muy perjudiciales. Los parabenos se consideran agentes cancerígenos que alteran el equilibrio hormonal (es decir, fomentan la producción de estrógenos). Los parabenos más populares y utilizados en los champús son, entre otros, el fenoxietanol, el metilparabeno, el etilparabeno, el propilparabeno, el butilparabeno y el isobutilparabeno. Cada uno de ellos tiene un "umbral de daño" diferente y no muestra una acción potencialmente perjudicial para la salud humana siempre que su concentración en un cosmético concreto sea baja. Sin embargo, hay que tener en cuenta que con frecuencia utilizamos más de un producto que contiene parabenos. En tal caso, las dosis de las mismas sustancias que llegan al organismo aumentan, al igual que la acción tóxica, que también se suma. Por eso y si fuera posible, al elegir un cosmético para tratar nuestro cuerpo, hay que limitar la cantidad de parabenos que contiene. Esto se aplica, sobre todo, a los cosméticos que se ponen directamente sobre el cuero cabelludo. Por ello, los champús y aceites deberían carecer por completo de parabenos.

Los compuestos más nocivos que deberían retirarse de los productos para el cuidado del cabello son el formaldehído y la poliacrilamida. Su acción está reconocida como tóxica y estas sustancias, en general, son cancerígenas. Por ello, deberían evitarse.

¿Cómo evitar los parabenos?

La triste realidad es que no es posible excluir por completo los parabenos de los productos para el cabello y el cuerpo. Sin embargo, sería ideal utilizarlos en cantidades escasas o recurrir a productos que contienen el tipo de parabeno menos nocivo, que es el metilparabeno. En lugar de aplicar mascarillas sintéticas para el cabello, es mejor optar por los aceites. Una buena solución en este caso son las mezclas de aceites bien elaboradas y que contienen ingredientes naturales y de gran calidad. Una vez más, es aconsejable utilizar champús sin parabenos. No es necesario seguir esta regla al elegir un acondicionador, ya que este cosmético se aplica solo en los mechones (de la mitad del cabello hacia abajo). Como este producto no entra en contacto con la piel, no es necesario ser tan riguroso a la hora de elegirlo. Otro aspecto que a menudo se pasa por alto es que existen otras sustancias reconocidas como alternativas a los parabenos (sustancias que permiten que un cosmético conserve sus cualidades durante más tiempo) y son, en concreto: la vitamina C, la vitamina E, los aceites esenciales y el aceite de coco. Obviamente, estas sustancias siempre son muy bien recibidas en la composición de un cosmético.

2. Siliconas

¿Qué son las siliconas?

Se trata del grupo más favorecido de sustancias que se añaden con frecuencia a los champús y acondicionadores capilares. Las siliconas suelen aparecer en lociones, acondicionadores sin aclarado o sprays protectores del calor y se mezclan con aceites, acondicionadores y mascarillas. Además, estas sustancias suelen denominarse "aceites de silicona" por su consistencia grasa y ligeramente pegajosa. Creadas mediante la combinación de sílice y oxígeno, determinan la consistencia de un producto e influyen en la forma en que este se distribuye sobre la piel o el cabello. En realidad, es fácil encontrar siliconas en muchos cosméticos capilares porque su aplicación favorece una mejora inmediata del estado del cabello. Los mechones se vuelven suaves y brillantes.

¿Son perjudiciales las siliconas?

Las siliconas pueden irritar el cuero cabelludo, sobre todo cuando se utilizan como ingrediente de mascarillas capilares o lociones en spray. Una vez incluidas en la composición de este tipo de productos, existe un alto riesgo de que la silicona entre en contacto con la piel y penetre a través de las células. Es mucho mejor cuando los productos capilares contienen siliconas en su forma volátil. En este caso, una cantidad considerable de ellas se libera al aire en el momento de su aplicación, por lo que no quedan residuos en la piel. Hay que tener en cuenta que tanto las siliconas pesadas como las no volátiles se añaden con tanta frecuencia a los cosméticos como las siliconas delicadas. Otro punto clave es que las siliconas no sufren un proceso de descomposición biológica, por lo que se acumulan en los tejidos y células del organismo. Es importante saber que muchos aceites de silicona irritan la piel y son comedogénicos. El grupo de siliconas menos respetuoso con la salud son las siliconas pesadas. Estas siliconas no se evaporan de las superficies y quedan en el pelo creando una barrera que no pueden atravesar ni las sustancias buenas (que necesita el pelo) ni las malas.

¿Cómo evitar las siliconas?

La mejor solución es renunciar a usar las más dañinas, que tienen tendencia a irritar el cuero cabelludo y la delicada zona de la piel de las orejas. Este grupo de siliconas se denomina siliconas pesadas e incluye: simeticona, trimeticona, trimetilsiloxisilicato, trimetilsililamodimeticona.

3. SLS y SLES

¿Qué significa SLS y SLES?

SLS (lauril sulfato de sodio): es un detergente de acción agresiva que se utiliza en diversos productos, no siempre relacionados con el cuidado del cabello.

SLES (laureth sulfato de sodio): es una sustancia parecida a la anterior que se forma a partir del óxido de etileno. Esta sustancia es un derivado del petróleo y hace mucha espuma, por lo que se suele añadir a champús y productos de limpieza (incluyendo productos de limpieza del hogar).

¿Son los SLS y SLES perjudiciales?

Se trata de detergentes sintéticos que tienen una influencia adversa y muy irritante sobre la piel. Por tanto, pueden provocar picores, acné, manchas, eccemas y deshidratación. También ocurre que están combinados con dioxano, conocido por sus características cancerígenas. Estos detergentes son reconocidos como comedogénicos y sus partículas penetran a través de la piel introduciéndose en el organismo.

¿Cómo evitar los SLS y SLES?

Se recomienda comprobar la lista de ingredientes de un producto concreto antes de comprarlo. En la mayoría de los casos, puedes encontrar las sustancias bajo el nombre de lauril sulfato de sodio y laureth sulfato de sodio (INCI).

4. Aceites minerales

¿Qué son los aceites minerales?

No son los aceites vegetales naturales comúnmente conocidos, por lo que en ningún caso deben relacionarse con ellos. Los aceites minerales son todos los posibles derivados del petróleo, incluida la parafina, por ejemplo. Estos aceites se fabrican en el proceso de destilación del petróleo crudo y aparecen en los cosméticos, principalmente, gracias a su función de reposición de lípidos. Es decir, estos aceites actúan sobre la piel y el cabello como emolientes. En resumen, no solo estabilizan las sustancias, sino que también protegen la epidermis y los mechones contra la pérdida de agua. Además, son relativamente baratos, por lo que son muy apreciados por muchos fabricantes de cosméticos.

¿Son perjudiciales los aceites minerales?

Sin duda alguna, puesto que son comedogénicos. Es decir, estos aceites obstruyen los poros de la piel. Además, pueden acumularse en la superficie de la piel y crear una especie de capa impermeable, una capa oclusiva que impide el intercambio gaseoso de las células cutáneas. Para entendernos, esta capa bloquea el oxígeno y "asfixia" a las células cutáneas, disminuyendo su eficacia y empeorando su acción. Además, nadie ha derribado todavía el mito que afirma que los aceites minerales se acumulan en los riñones y el hígado.

¿Cómo evitar los aceites minerales?

Los aceites minerales, sobre todo la parafina y la vaselina, deberían eliminarse por completo, aunque no deberían hacer mucho daño si se utilizan en cantidades pequeñas y razonables. Para evitar los aceites minerales en los cosméticos, se recomienda utilizar productos de belleza que contengan otros emolientes naturales y seguros, como aceites naturales y mantecas vegetales. Conviene saber que la parafina incluida en los cosméticos puede encontrarse como parafina (aceite), cera sintética, isoparafina y parrafinum liquidum o parafina líquida. Otros aceites minerales que podemos leer en las etiquetas de los productos capilares son: petrolato (vaselina), ceresina, isobutano, isopropanol.

5. Sales de aluminio

¿Qué son las sales de aluminio?

El aluminio es el ingrediente más utilizado en los cosméticos para equilibrar (o, para ser más precisos, bloquear) la secreción de sebo y sudor.

¿Son perjudiciales las sales de aluminio?

Las sales de aluminio se encuentran, sobre todo, en desodorantes, lacas para el pelo y algunos champús secos. Estas sustancias obstruyen los poros de la piel, lo que impide la sudoración y la producción de sebo. Además, estas sales se acumulan en los tejidos, irritando al mismo tiempo el sistema inmunitario. Las sales de aluminio son capaces de penetrar y dañar también otros sistemas. Es importante saber que existen pruebas que relacionan el uso de antitranspirantes con el desarrollo de tumores malignos de mama.

¿Cómo evitar las sales de aluminio?

La forma más común de sal de aluminio añadida a los cosméticos es el clorhidrato de aluminio. Otras sustancias patógenas son el clorhidrato de aluminio (ACH) y el aluminio-zirconio (aluminio-zirconio tetraclorohidrex GLY). En otras palabras, la forma más fácil de evitar las sales de aluminio es ser precavido y prestar atención a la palabra "aluminio" que aparece con frecuencia al principio de una sustancia concreta presente en el listado de ingredientes.

6. PEG y PPG

¿Qué son los PEG y PPG?

Sencillamente, son polietilenglicoles. En los productos cosméticos se utilizan como agentes emulsionantes, disolventes y todo tipo de sustancias responsables de aumentar la tenacidad de un cosmético. Cabe mencionar que durante el proceso de producción de PEG y PPG se utilizan óxido de etileno y dioxanos cancerígenos.

¿Son perjudiciales el PEG y el PPG?

Pueden ser perjudiciales si se utilizan en abundancia. De hecho, son conocidos por acumularse gradualmente en el organismo a lo largo de los años, residiendo en células y órganos. Cuantos menos PEG y PPG haya en un cosmético, mejor. La verdad es que su nocividad viene determinada por las sustancias tóxicas que es necesario utilizar en el proceso de producción del glicol.

¿Cómo evitar los PEG y PPG?

Afortunadamente, los glicoles de tipo PEG y PPG utilizados con más frecuencia son muy fáciles de reconocer. Generalmente, llevan el prefijo 'PEG/PPG' como, por ejemplo, PEG-40 disostearato de sorbitán, estearato PPG-15 o el sufijo '-eth' como Laureth-8-fosfato.

7. Alcoholes

¿Qué son los alcoholes?

Los alcoholes forman un grupo muy amplio de sustancias utilizadas en cosmética capilar y corporal. La buena noticia es que podemos encontrar decenas de alcoholes que ejercen una acción positiva sobre el cabello y el cuero cabelludo. En otras palabras, los alcoholes buenos son conocidos por ser capaces de hidratar y acondicionar los mechones, siendo al mismo tiempo un importante agente aglutinante de la emulsión. Precisamente este tipo de alcoholes son los que pertenecen a los grupos polihidróxido, dihidróxido y alcoholes de cadena larga. Crean una capa protectora en la superficie del cabello y aportan suavidad a los mechones. El alcohol "bueno" más popular es la glicerina.

¿Son perjudiciales los alcoholes?

Lamentablemente, existe un grupo de alcoholes "malos" que ejercen una acción muy deshidratante. Estos alcoholes no solo dañan el cabello, sino que también pueden provocar alergias en el cuero cabelludo. Se trata de alcoholes de grupo monohidróxido. En resumen, ejercen una acción muy negativa sobre el cabello porque debilitan considerablemente los mechones, privándolos de brillo y elasticidad.

¿Cómo evitar los alcoholes?

Desde luego, no es necesario evitar estos alcoholes "buenos". En su lugar, aprende a detectar los alcoholes nocivos que contribuyen a empeorar el estado del cabello. Por ejemplo: alcohol denat/SD, alcohol bencílico, alcohol etanol, alcohol de grano, alcohol isopropanol, alcohol iisopropílico (IPA) y alcohol propanol, por nombrar solo algunos.

¿Dónde se pueden encontrar cosméticos sin parabenos ni siliconas?

Existe una lista de cosméticos que, por su carácter y finalidad, están desprovistos de sustancias nocivas, comedogénicas e irritantes. Por ejemplo, los siguientes productos:

  • aceites naturales destinados a tratamientos capilares y (sobre todo) del cuero cabelludo,
  • destilados de hierbas que pueden aplicarse sobre el cuero cabelludo y los mechones,
  • arcillas cosméticas (mezcladas con aceites y/o destilados de hierbas) que crean mascarillas nutritivas y limpiadoras,
  • jabones capilares naturales (creados siguiendo antiguas recetas) aptos no solo para el cuidado del cuerpo sino también del cabello,
  • champús sin SLS ni parabenos, naturales y totalmente seguros para la piel (en la mayoría de los casos, se trata de productos ecológicos, certificados, a menudo totalmente orgánicos).

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