La mayoría de las mujeres y los hombres luchan contra problemas de cabello débil y poco espeso. Hoy en día, cada vez son más las personas que se quejan de la escasez y la falta de volumen de su cabello debido a una excesiva caída.
¿Cuáles son las causas tras este problema? Aparte de cuidados inadecuados, desequilibrios hormonales y una mala alimentación, la contaminación atmosférica crea el llamado estrés oxidativo, el cual empeora el estado del cabello. Poca gente sabe que el pelo no tiene una vida fácil en la ciudad. Debido a los humos, a la contaminación y a las toxinas, el pelo deja de crecer y empieza a caerse en exceso.
Los champús o acondicionadores anticaída fracasarán si no utilizamos un producto que incida directamente en los bulbos pilosos. Estos productos son:
Los aceites y las ampollas tienen diferente forma, consistencia y fórmula, pero un objetivo común: frenar la caída del cabello, reforzar los bulbos y estimular su crecimiento. Sin embargo, estos productos actúan de forma completamente distinta. Un análisis de los efectos de los aceites naturales y las ampollas muestra claramente la diferencia.
1. La gran diferencia radica en la naturalidad. Las ampollas se crean en laboratorios y se componen de sustancias artificiales y (a menudo) controvertidas. En cambio, los aceites son totalmente naturales, se extraen de las semillas y frutos de plantas utilizadas desde hace siglos para el cuidado de la piel y el cabello. Los aceites naturales tienen un gran poder reparador y embellecedor, siendo fuente de ácidos grasos, vitaminas y minerales. Las sustancias ideadas en laboratorios nunca superarán el poder de los ingredientes naturales.
2. Aunque las ampollas capilares nutren los bulbos pilosos, aceleran el crecimiento del cabello y frenan su caída, (lamentablemente) a menudo hay que pagar un precio. Estas ampollas pueden irritar el cuero cabelludo y dejar el pelo opaco y áspero. Por el contrario, los aceites naturales (además de afectar a los bulbos) embellecen el cabello, lo protegen de desfavorables factores externos, hidratan el cuero cabelludo y controlan la secreción de sebo.
3. Otra gran ventaja de los aceites es su uso, ya que puedes utilizarlos continuamente. En cambio, las ampollas (debido a una gran concentración de potentes sustancias) pueden utilizarse durante un cierto periodo de tiempo que va de uno a cuatro meses. Tras ello, estos productos dejan a tu pelo desprotegido y este suele volver a su anterior estado rápidamente. Por suerte, puedes (incluso deberías) incluir aceites capilares en tu rutina de cuidado del cabello para siempre, ya que estos aceites sustituyen a muchos acondicionadores y lociones. Gracias a los aceites, regalarás a tu pelo una reparación, protección y embellecimiento ininterrumpidos.
4. Por último, pero no menos importante... otra característica a analizar es la rentabilidad. Una ampolla (de 5 ml a 15 ml) es monodosis y no se puede guardar el resto de la misma. Si ya has utilizado este tipo de tratamiento, probablemente sabrás que normalmente no se gasta toda la ampolla. Como resultado, tiras a la basura una sustancia cara. Los aceites son completamente diferentes y la cantidad que utilices depende de ti y de las necesidades de tu pelo.
En resumen: los aceites naturales superan a las ampollas en cuanto a efectos, ingredientes y eficacia. Utilizando una metáfora: los aceites naturales son maestros en el campo de la caída del cabello, los bulbos pilosos debilitados y el cuero cabelludo irritado, mientras que las ampollas son los alumnos inexpertos.
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